Qué decadennnncia...

Dr. Zhivago (Boris Pasternak)

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viernes, 4 de febrero de 2011

LA PROSTITUCIÓN DE LA REVOLUCIÓN

La época de los "bicentenarios" en Latinoamérica retumba en cada rincón de la Pachamama sur-occidental, reivindicando su voz de patria independiente, determinándose cada conjunto criollo-mestizo-indígena-zambo-etc. conforme su antojo, libre de los designios de la monarquía española. Puramente es la celebración del espíritu libre trasportado al orgullo del individuo que conforma cada espacio diferenciado geográficamente por los límites de cada país "emancipado", y que a la vez se siente más orgulloso aún de pertenecer a dicha figura geométrica, que en los mapas impresos vemos de diferentes colores. Por supuesto, no se puede negar que, dentro de estos pedazos de latinoamérica, les "sale el indio" del nacionalismo a unos cuantos. A otros les "sale el indio" de la revolución. Este divague surgido del cóctel revolucionario/nacionalista, que desde hace un buen tiempo está en auge - y esto lo conocen bien los venezolanos, por ejemplo, que cumplen doce años de "democracia bolivariana" de la mano de Chávez - se ha convertido en un atractivo río revuelto para los pescadores del escenario político, así es como la furiosa convicción de que unos somos mejores que otros y especialmente si somos "más iguales" que el resto se ha apoderado de un par de gobiernos del nuevo mundo con la eterna promesa de la revolución socialista. Puras patrañas, como siempre. Se aprenden de memoria unos cuantos libros para el discurso y en la práctica acaban siendo iguales o peores que los aburridos granjeros de la ultraderecha. Todos entonan himnos dedicados a la libertad. ¡Pobre Libertad, cuánta mentira en su nombre, cuando que lo único que ella quiere es dejar SER!. Demasiada izquierda o demasiada derecha acaban siendo siempre dos caras de la misma moneda, llamada dictadura. Bien por los próceres de las independencias, mal por los que utilizan las hazañas de aquellos por deleitarse con las arbitrariedades del poder. Peor para quienes conviven con estos tolerando sus monadas. La verdadera revolución es y será siempre la salida, última pero válida, para exigir el respeto a la LIBERTAD y todo lo que ella implica: respeto a la individualidad, respeto a la propiedad privada, respeto a la libertad de expresión, respeto al estilo de vida que cada quien decida tener, respeto al empresario, al técnico, al artista, al científico, a la mejor calidad de vida. Respeto a la inteligencia por favor, gracias. ¡VIVA LA REVOLUCIÓN!

CORTOMETRAJE: "Sebastian's voodoo" de Joaquin Baldwin (ganador Cannes 2009)